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Por cuarta vez este año Samsung vuelve a intentar ganar en el prematura mercado de los relojes inteligentes con el Gear S. Este reloj, el cual es mucho más grande que sus hermanos, se distingue por ser el primero capaz de sirvir como teléfono por sí solo ya que no necesita, técnicamente, estar conectado a tu teléfono. Este producto, al igual que el Galaxy Note Edge, es otro intento de la compañía de ganar en un mercado que no existe, un mercado que quizás nunca existirá pero que Samsung quiere intentar crearlo. El Gear S no es el típico reloj inteligente, es algo más pero, ¿será suficiente para convencerte a comprar un reloj inteligente? Veamos.
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Diseño
El Gear S es grande, mucho más grande que los pasados relojes inteligentes de Samsung. Este cuenta con una pantalla curva de 2” la cual parece que fue sacada de un Gear Fit que fue estirado por ambos lados. El reloj es un típico producto de Samsung con una banda de goma y una construcción mayormente de plástico salvo la cerradura de la banda.
Las bandas de este reloj de se pueden cambiar pero Samsung todavía no ha anunciado la disponibilidad de estas en este lado del mundo. Adicional a esto, remover la banda de este reloj es bastante difícil aunque un aspecto positivo es que no necesitas ninguna herramienta para hacer esto.
En la parte frontal del Gear S encontrarás un botón de Home como en los teléfonos de Samsung que servirá para encender la pantalla del mismo y regresar a la pantalla principal del sistema operativo. Aquí también verás los sensores de luz y rayos ultravioletas para que sepas si tienes que ponerte mucho protector solar.
El reloj llamará la atención pero creo que no es el más lindo del mercado, por lo menos eso me han dicho las personas que me han visto con este y saben que tengo el Moto 360. Sin embargo, no considero que sea feo sino que es muy grande y quizás no sea del agrado de muchos.
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Hardware
Pantalla
La pantalla AMOLED de 2” con resolución de 480×360 pixeles ofrece mejor definición de lo que tenemos hoy en los otros relojes con Andorid Wear. La pantalla se ve brillante y cuenta con una reproducción de colores típica de las pantallas AMOLED. Esta pantalla se verá fácilmente cuando estés en el exterior pero creo que la curvatura de la misma es su debilidad ya que no podrás ver bien la pantalla si no miras el reloj directamente. Como lo que hemos dicho tanto en la reseña del Galaxy Note Edge y del Galaxy Note 4, de la pantalla del Gear S no me quejo.
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Batería
El Gear S cuenta con una pequeña batería de 300mAh para los estándares que hay hoy en el mundo de los relojes inteligentes. Sin embargo, como el reloj utiliza Tizen y una pantalla AMOLED, logra hacer buen uso de la batería, dándote fácilmente un día de uso con este reloj. Usando el Gear S conectado al Note Edge, el reloj gastó entre 40% -50% en día, recibiendo varias notificaciones y realizando algunos comandos de voz. Esto significa que es muy poco probable de que el reloj te dure dos días de uso ya que podrías quedarte corto de batería en el segundo día.
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Ahora, como el Gear S tiene su propia antena para poder usarse como un teléfono sin tener que estar conectado a tu teléfono, esto afectará grandemente la batería del reloj. Aunque esta funcionalidad no la utilizamos, podemos inferir que si usas este reloj como tu teléfono principal, es casi obligatorio de que lo tendrás que cargar antes de llegar a tu casa luego de un día de trabajo.
Una crítica que tengo que hacerle al Gear S es su forma de cargarlo ya que te fuerza a tener que conectarle una pieza de plástico que es la que hace el contacto para poder cargar el reloj. Esta pieza de plástico, por lo menos en el Gear Live (el reloj con Android Wear de Samsung) ha roto los puntos con los que se fija al reloj, entorpeciendo grandemente el proceso de cargar del mismo. Aunque en mi tiempo de prueba no experimenté nada raro, quién sabe que pueda pasar luego de un año o dos utilizando este método.
Software
¿Cómo funciona?
El Gear S funciona como cualquier otro reloj inteligente que existe en el mercado: se comunica con tu teléfono mediante una conexión Bluetooth. Sin embargo, el Gear S es el primero en poder utilizar Wi-Fi o su propia conexión a 3G (no tiene LTE) para comunicarse con tu equipo y poder enviarte las notificaciones y llamadas que recibas.
Antes de hacer todo esto tendrás que descargar la aplicación Gear Manager en tu teléfono de Samsung ya que este reloj solo es compatible con la mayoría de los equipos modernos de esta compañía. Una vez descargues la aplicación solo tendrás que encender el Bluetooth en tu teléfono y conectar los equipos. Es mediante esta aplicación que podrás también personalizar el reloj: cambiarle el watchface, el fondo, transferir tu música al reloj para que la puedes escuchar o mediante la bocina o utilizando audífonos Bluetooth conectados al reloj, tranferir fotos, controlar cuáles notificaciones llegan a tu reloj, descargar aplicaciones y mucho más. Esta tienda de aplicaciones no ha crecido mucho desde la última vez que la probé con el Galaxy Note 3 pero podrás encontrar varios watchfaces, algunos juegos y hasta el navegador Opera para que puedas visitar páginas en el Internet. Recuerda, este reloj utiliza Tizen y no Android, así que está en los desarrolladores enfocados en esta plataforma en traer más aplicaciones para tu reloj.
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El Gear S también se distingue ya que podrás usarlo por sí solo lo que significa que podrás dejar tu teléfono en tu casa y solo llevarte el reloj a la oficina. Esto significa que tendrás que hablar y escuchar a la otra persona mediante la bocina y el micrófono que tiene el Gear S la cual, en ambientes con extremo silencio, podrá ser útil así que no pienses que podrás hablar por teléfono mientras caminas por la calle al medio día. El reloj también te dejará contestar tus mensajes de texto mediante tu voz gracias a S Voice o, utilizando el teclado que viene con el teléfono el cual sorprendentemente es bastante funcional. En mi experiencia no encontré a S Voice tan rápida como Google Now en mi Moto 360 pero hará su trabajo, permitiéndote dictar mensajes y realizar comandos.
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Con S Health, Samsung también ha colocado un sinnúmero de aplicaciones y servicios para que te mantengas ejercitado y saludable. El reloj te podrá alertar si llevas mucho tiempo sin moverte como también medir tus pasos, tu sueño y el ejercicio que hagas ya sea correr, caminar o correr bicicleta. En su parte trasera también encontrarás un sensor para medir tus latidos del corazón por si te interesa saber eso.
El reloj también ofrece navegación y mapas con el servicio de Nokia Here Maps algo que en realidad me decepcionó ya que prefiero utilizar el servicio de Google. Desde tu muñeca también podrás manejar tu correo electrónico pero solo si usas la aplicación de email de Samsung ya que no funciona con el app de Gmail así que por esta razón, no lo usé. Sí me gustó poder ver mi calendario desde el reloj o hasta utilizar un watchface que siempre me muestre qué tengo pendiente.
Navegación
Para usar el Gear S tienes que aprender ciertos movimientos y gestos. Para empezar, el botón de Home funciona tanto como un botón para ir a la pantalla de inicio del reloj como también para agagar o encender el reloj. Si te deslizas de lado a lado, podrás moverte entre el watchface y las diversas aplicaciones que tengas instaladas. Por ejemplo, podrás tener a la derecho un widget con toda la información de tu actividad física como también un widget de tu agenda del día. A la izquierda del watchface encontrarás una lista de tus notificaciones y si tocas una de estas podrás ir directamente a esa notificación. Para deshacerte de esta notificación tendrás que deslizar tu dedo de arriba hacia abajo y para interactuar con esta notificación tendrás que hacer el movimiento al revés.
El otro movimiento que tendrás que recordar es el de mover tu dedo hacia arriba sobre el watchface para ver la lista de tus aplicaciones. Si por otra parte, deslizas tu dedo hacia abajo sobre el watchface podrás controlar el volumen del speaker del reloj como también poder controlar la brillantez del reloj.
Son varios los movimientos que tienes que aprender para usar tu Gear S pero no es tan difícil luego de varios días utilizando el reloj. Es mucho más complejo que Android Wear pero tenemos que recordar que el reloj busca hacer mucho más.
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Conclusión
El Gear S es un experimento, de esto no hay duda, un experimento que busca investigar si hay personas que realmente quieren un reloj que funcione como su teléfono principal. Este reloj, aunque no tiene Android Wear, sí hace algunas cosas que disfruté como poder responder llamadas desde mi reloj, escribir mensajes cortos utilizando su pequeño teclado pero creo que su tamaño y diseño alejará a muchos consumidores.
Creo que la funcionalidad de poder usar el reloj como un teléfono independiente es algo que muchas personas no harán ya que para empezar tienes que tener un plan de data específico para este teléfono. Adicional a esto, el precio del reloj es muy alto $349 y aunque se justifica por tener una antena para poder hacer llamadas, no muchas personas van a querer gastar casi $400 por un reloj inteligente. Si te gusta la idea de poder contestar llamadas desde tu reloj, te recomiendo mejor un Gear 2 o un Gear S Neo que, además de costar menos, te darán una mejor experiencia de batería. Si por otra parte quieres un reloj un poco más simple y que funcione con cualquier Android, creo que cualquier opción -Moto 360, LG G Watch R, Asus ZenWatch- será mejor que el Gear S.
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Gracias T-Mobile Puerto Rico por prestarnos el Samsung Gear S.