El siguiente editorial es parte de una serie llamada “Recordando el vacilón del P2P” y aunque mucho de lo que se discutirá de aquí, y como lo hicimos las semanas pasadas, trate de temas como la piratería, Esmandau, su equipo editorial, amigos y patrocinadores no patrocinan dicho acto ni esto es un llamado implícito.
Quien no recuerde Napster en sus días como un programa gratis que creo polémica con el mundo musical y fue detonante de ese “boom” y la serie de editoriales que corrimos durante el mes pasado. Pero para el que no lo sepa, pues Napster no fue siempre un servicio agradable para muchos y no era un competidor (pagando) de conceptos como iTunes y otros.
El Napster Clásico que motivó a este editorial fue creado por Shawn Fanning, John Fanning y Sean Parker (si, el que fue presidente de Facebook y mentor momentáneamente de Mark Zuckerberg) para el 1999 y fue esa aplicación que capitalizó el verdaderamente compartir archivos, particularmente música codificada en MP3, ventaja que en su momento Windows Messenger, AOL Messenger y entre otros no habían logrado capitalizar.
Como aplicación que permitía bajar música gratis, fue de las primeras ocasiones que la gente se cuestionaba porque se tenía que comprar un álbum o un éxito de algún artista favorito si ya se tiene la misma música en otro formato, simplemente que el usuario quiere cambiar de un formato de cassette o CD para una versión digital como eran los MP3.
Pero obviamente el DMCA y sus creadores no lo veían de esa manera. Pero de igual manera, Napster logra su pico de uso de usuarios para la época de apogeo con 80 millones de usuarios ya usando la plataforma y la red, era obvio que Napster no podía pasar por desapercibido por mucho tiempo, aunque sus creadores nunca imaginaron que el uso poco supervisado de sus usuarios recaería en problemas.
Antes de comenzar hablar de sus problemas legales que fueron los que llevaron a que Napster hoy día sea una más de las distintas plataformas para la compra de música, es importante recalcar que sí, hubo versiones para las computadoras de Apple corriendo macOS, pero no fue un diseño original de la empresa, sino de un programador que tomo lo mejor de Napster al momento y creó a Macster. Poco después el software fue comprado por Napster para hacerlo oficialmente una versión instalable en las Macs.
Napster fue un capitulo negro en la carrera de Metallica
Aunque fueron varios artistas y miembros de la industria de la música que vinieron con sendas demandas en contra del servicio, un grupo en particular fue quien lideró la queja de que el músico está en desventaja con este tipo de servicio poco supervisado y fue Metallica.
No era suficiente que la banda pasaba por un oscuro momento (Lars y James no se estaban llevando bien al momento, Jason Newsted no se sentía a gusto en la banda y Kirk Hammett se obligaba a estar en la tangente para no ser parte del problema) sino, que para cuando les tocaba decidir que versión de “I Disappear para el soundtrack de la película Mission Impossible II descubrieron que TODOS los demos estaban ya sonando en la radio de manera inesperada.
En aquel momento la banda afirma que alguien de la disquera se le había “zafado” sacar la canción y sus demos del estudio e irónicamente terminan en Napster, donde no es solamente los demos, sino la discografía de Metallica estaba disponible de manera gratuita y sin mucho que se pudiera hacer al momento.
Poco después que Metallica establece una demanda en el año 2000, varios artistas como Dr. Dre, Madona, A&M Records, la RIAA establecieron sus propias demandas. Pero más bien la guerra de relaciones públicas entre Napster y Metallica llegó inclusive para la televisión donde en un programa Lars Ulrich y Shawn Fanning coincidieron en el MTV Video Music Awards y para colmo de manera de reto implícito, Fanning vestía una camisa de Metallica, mientras Lars estaba en la audiencia.
El siguiente escalamiento es donde resultó que los fanáticos de Metallica estuvieran con la moral en bajo fue cuando Ulrich fue a una vista en el Senado, atendiendo el tema de la piratería donde se había identificado a los usuarios y el mismo baterista de la banda entregó la lista de los usuarios y no solamente fue eso, sino el juego de palabras que Ulrich usó, que muchos fanáticos se sintieron aludidos que les llamaran “ladrón” y en una protesta mientras Ulrich salía, varios fanáticos rompían sus discos.
Hoy día, Lars en particular ha dicho que le hubiera gustado tratar las cosas un poco diferente y admite que todo lo que hizo fue a manera impulsiva y necesitaba en aquel entonces orientarse mejor, aclarando que la banda nunca y no será anti-tecnología, solo que el artista debe tener control de sus creaciones.
El resurgimiento comercial llega con Real Networks y Best Buy
Luego de un año en batallas legales, Napster pierde tomando en cuenta que el caso parecía demasiado desbalanceado para el servicio.
La empresa se le obligo a reembolsar $26 millones a la industria de la música con un adelanto de $10 millones para regalías que artistas dejaron de recibir y también se le obligó a Napster que necesitaba crear soluciones para evitar la distribución en su red.
Pero con todo eso, realmente no logró terminar el 2001 ileso y la empresa se tuvo que acoger al Capítulo 11 de la Ley de Protección de Quiebras.
Aunque la empresa estaba en baja, no estaban fuera del juego y no fue hasta en el 2008 que la marca vuelve a resurgir, luego que la empresa que fabrica software de multimedia, Roxio, comprar los activos de Napster en una subasta de artículos y activos cedidos por bancarrota y realmente se le vio el esfuerzo de tener a Napster como una marca de venta de música legitima y se tenía que pagar por la música comprada.
Best Buy por su lado, estaba interesado de ir de tú-a-tú con servicios establecidos como iTunes de Apple y le compra los activos de Napster a Roxio para ir de la mano con el servicio Rhapsody done la empresa llegó un acuerdo con la empresa madre, Real Networks y los servicios fueron fusionados.
Irónicamente, Napster como un comercio real y legal tuvo un éxito considerable, al punto que se termina de fusionar con Rhapsody y se queda simplemente el servicio Napster, pero obviamente sus creadores originales no son parte de la nueva empresa.
