Otra más para Uber y no, no se trata de la eterna guerra entre sus choferes y taxistas alrededor del mundo (incluyendo aquí en Puerto Rico). Si no, la salida de su fundador y CEO de la empresa, Travis Kalanick en medio de chismes y situaciones, algunas bochornosas.
Luego de que varios inversionistas exigieran a través de un comunicado en el New York Times, que Travis Kalanick cediera el control de Uber y algunos de esto mayoritarios, el propio CEO accedió a las demandas para no seguir perjudicando a la empresa que fundó en el 2009.
Realmente el descontento tuvo varios orígenes y a parte que el mismo CEO había prácticamente connotado un ambiente hostil, la empresa se le ha acusado de no hacer nada con su cultura que incluye hostigamiento sexual, discriminación y que la empresa hace trampa a la hora de regulaciones legales que ahora, está bajo la mirilla federal.
La empresa ha hecho más problemas que resolver, ya que se cree fuertemente que una veintena de despidos en Uber tienen que ver con desquite por cooperación en investigaciones de reguladores sobre los escándalos, incluyendo a una ingeniera de software escribiendo un blog de cómo fue víctima de hostigamiento y que fue, prácticamente la que explotó todo a principio de años.
La renuncia de Kalanick no pudo haber venido en peor momento. Mientras la empresa sigue batallando para que al fin gobiernos en todo el mundo que prefiere apoyar taxistas locales entiendan el concepto del negocio, el ahora ex CEO deja otra vacante en el grupo directivo de la empresa, donde hay que llenar al menos tres silla, incluyendo la de CEO.
